Como todos los creyentes forman un solo
cuerpo, el bien de los unos se comunica a los otros... Es, pues, necesario creer
que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Así, el bien de Cristo es
comunicado a todos los miembros y esta comunión se hace por los sacramentos de
la Iglesia
La palabra
santo, derivada del latín, describe a toda alma cristiana que, incorporada a
Cristo por el Bautismo, es morada del Espíritu Santo (mientras permanezca en
estado de gracia santificante). Hoy en día se ha limitado su significación a
aquellos que están en el cielo. Pero la utilizamos en su acepción primera
cuando, al recitar el Credo de los Apóstoles, decimos "creo... en la comunión
de los santos". La palabra "comunión" significa, claro está,
"unión con", y con ella queremos indicar que existe una unión, una
comunicación, entre las almas en que el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo,
tiene su morada.
La expresión
"comunión de los santos" tiene entonces dos significados estrechamente
relacionados:
- Comunión en las cosas santas
- Comunión entre las personas santas.
En la
comunidad primitiva de Jerusalén, los discípulos "acudían asiduamente a la
enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las
oraciones" ( Hch 2,42)
La comunión
de la fe.
La fe de los
fieles de la Iglesia recibida de los apóstoles, tesoro de vida que se enriquece
cuando se comparte.
La comunión
de los sacramentos.
"El fruto
de todos los sacramentos pertenece a todos". Porque los sacramentos y sobre
todo el Bautismo que es como la puerta por la que los hombres entran en la
Iglesia, son otros tantos vínculos sagrados que unen a todos y los ligan a
Jesucristo.
La comunión de
los santos es la comunión de los sacramentos... . el nombre de comunión puede
aplicarse a cada uno de ellos, porque cada uno de ellos nos une a Dios.
Pero este nombre es más propio de la Eucaristía que de cualquier otro, porque ella es la que lleva esta comunión a su culminación.
Pero este nombre es más propio de la Eucaristía que de cualquier otro, porque ella es la que lleva esta comunión a su culminación.
La comunión
de los carismas.
En la comunión
de la Iglesia, el Espíritu Santo "reparte gracias especiales entre los
fieles" para la edificación de la Iglesia. (Lumen Gentium 12). "Pues bien, a
cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común". ( 1
Co 12,7) "Todo lo tenían en común" ( Hch 4,32).
Todo lo que
posee el verdadero cristiano debe considerarlo como un bien en común con los
demás y debe estar dispuesto y ser diligente para socorrer al necesitado y la
miseria del prójimo. El cristiano es un administrador de los bienes del Señor.
(Cfr. Lc. 16, 1.3.)-
La comunión
de la caridad.
En la comunión
de los santos, "ninguno de nosotros vive para sí mismo, como tampoco muere
nadie para sí mismo" (Rm 14,7). "Si sufre un miembro, todos los demás sufren con
él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo. Ahora
bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte"
(1 co 12, 26-27). "La caridad no busca su interés" ( 1 Co 13,5)
El menor de
nuestros actos hecho con caridad repercute en beneficio de todos, en esta
solidaridad entre todos los hombres, vivos o muertos, que se funda en la
comunión de los santos. Todo pecado daña a esta comunión.
"Hasta que
el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte,
tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya
difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando
"claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es". (Lumen Gentium,
49).
La unión de
los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de
Cristo de ninguna manera se interrumpe. Mas aún, según la constante fe de la
Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales.
La intercesión de los santos
"Por el
hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan
más firmemente a toda la Iglesia en la santidad.... no dejan de interceder por
nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los
hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra.... su solicitud
fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad" ( Lumen Gentium,
49)
La comunión con los santos
"No
veneramos el recuerdo de los del cielo tan sólo como modelos nuestros, sino,
sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea reforzada
por la práctica del amor fraterno. En efecto, así como la unión entre los
cristianos todavía en camino nos lleva más cerca de Cristo, así la comunión con
los santos nos une a Cristo, del que mana, como de Fuente y Cabeza, toda la
gracia y la vida del Pueblo de Dios" (Lumen Gentium, 50).
La comunión con los difuntos.
"La Iglesia
peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el cuerpo místico
de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad
el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones pues es una
idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus
pecados" (Lumen Gentium, 50).
Nuestra
oración por ellos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su
intercesión en nuestro favor.
Como miembros
de la comunión de los santos, los que aún estamos en la tierra debemos orar
además por las benditas ánimas del purgatorio. Ahora ellas no pueden ayudarse:
su tiempo de merecer ha pasado. Pero nosotros sí podemos hacerlo, pidiendo para
ellas el favor de Dios. Podemos aliviar sus sufrimientos y acortar su tiempo de
espera del cielo con nuestras oraciones, con las misas que ofrezcamos o hagamos
ofrecer por ellas, con las indulgencias que para ellas ganemos.
Es evidente
que, los que estamos todavía en la tierra, debemos rezar también los unos por
los otros si queremos ser fieles a nuestra obligación de miembros de la comunión
de los santos. Debemos tenernos un sincero amor sobrenatural, practicar la
virtud de la caridad fraterna de pensamiento, palabra y obra, especialmente con
el ejercicio de las obras de misericordia corporales y espirituales. Si queremos
asegurar la permanente participación en la comunión de los santos, no podemos
tomar a la ligera nuestra responsabilidad hacia ella.
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